Mamá Chicó
El aroma a ese tuco casero de domingo, esa salsa de tomates maduros cociéndose a fuego lento en ajos, olivas verdes, hojas de laurel y romero, ese mesado antiguo de madera de casa de abuela Dora espolvoreado de harina y esos ravioles caseros de domingo que Chicó preparaba mejor que nadie para el mediodía. Eso es Mamá Chicó, es el recuerdo de lo que nos alimentaba el corazón, es el homenaje al buen comer, al saber hacer, a una madre porteña que cocinaba para alimentar el alma. Rafaela Susana Fasanella (alias Chicó) no sabía de estrellas Michelín, pero sí que el puesto del mercado de tia Anita tenia los mejores tomates de todo Jose C. Paz.
Eso es lo que nos inspiró a continuar con un linaje familiar de más de 30 años en el mundo de la elaboración de productos derivados de la harina, y junto con la experiencia de un maestro panadero como mi padre nos hemos lanzado a cumplir con este sueño muy lejos de donde lo mamamos inicialmente, en pleno corazón de Galicia, donde la naturaleza es más que generosa con los productos de su tierra, con el propósito de recuperar el gusto por lo casero y por lo hecho a mano, en tiempos en que lo industrial prima por encima de lo artesanal. Esperamos que lo disfruten.